“… Aferrarse: / Aferrarse a lo que es bueno, / Incluso si se trata de un puñado de tierra. / Aferrarse a lo que usted cree, / Incluso si es un árbol que se sostiene por sí mismo. / Aferrarse a lo que debe hacer, Incluso si es muy lejos de aquí. / Aferrarse a la vida, / Incluso si es más fácil dejarse ir. / Aférrate a mi mano, / Incluso si algún día he de irme lejos de ti… ”. Oración, Indios Pueblo.
Actualmente, alrededor del mundo existen más de 5,000 grupos distintos en unos 90 países, constituidos por aproximadamente 370 millones de personas, es decir, más del 5% de la población mundial. Sin embargo, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables, representando el 15% de los más pobres. ¿Quién será el culpable de dicha pobreza? ¿Los gobiernos internacionales? ¿El turismo internacional y su abuso visual, sin asumir responsabilidad cultural, social y ambiental hacia las verdaderas problemáticas sobre la defensa y conservación de usos, costumbres y tierras?
Creemos que es mejor culpar al consumo y al ego, que orillan al ser humano a abandonar su espíritu por unos cuantos millones de monedas, según corresponda al país.
¿Qué tiene que ver el espíritu con el Día Internacional de los Pueblos Indígenas en el mundo y la riqueza del hombre?
Cada pueblo, cada cultura, tiene una perspectiva diferente para describir y vivir su espíritu, pero la esencia es la misma en cualquier hombre que ha conectado con él. La etimología de la palabra "espiritualidad" proviene del latín "spiritus", que significa "aliento", "viento fuerte indomable", "libertad".
La espiritualidad es una energía vital que incluye las emociones, los afectos y el carácter que demuestra el entusiasmo, la voluntad, el amor, el coraje y la firmeza. Un viento de liberación dentro de cada alma como parte fundamental de la vida social, familiar y comunal. Sin duda, el ser humano que se adentra a encontrarla hallará la verdadera riqueza de su existencia.
En la sabiduría indígena, la espiritualidad es la vida, un conocimiento que va del corazón a la mente y de la mente al corazón, presente en cada rincón de la naturaleza donde palpita el espíritu de la vida. Aprendemos a conversar con la espiritualidad telúrica y cósmica; con los espíritus que habitan las plantas, los animales, las montañas, los ríos, las cascadas, con la luna, con el sol, con el arco iris. La espiritualidad es una actividad social y cultural que ayuda a redescubrir la profunda alegría de la existencia.
Por eso, la espiritualidad es una responsabilidad de la familia, de la comunidad, de sus ancianos y de sus jóvenes, de mujeres y hombres. Dependerá de la formación, madurez y conciencia de identidad que tengan los jóvenes para mantener en secreto lo que haya que mantener en secreto, como parte de la reserva de nuestra cultura, y hacer público lo que haya que hacer público para fortalecer internamente a la comunidad y obtener el respeto de otros pueblos diferentes. Solo así podremos romper las cadenas dentro de sus propias mentes y de sus corazones y responder cósmica y colectivamente.
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? —Fabian Muenala (Kichwa Hatari)
Todos somos capaces de tener espíritu, el problema viene cuando estamos dormidos por lo que hemos creado e inventado, desplazando poco a poco la riqueza cultural de los orígenes de los hombres. Pueblos indígenas que dan color, enseñanzas, que hablan con los espíritus de la tierra para poder sanarla de aquellos que incluso los devalúan, los discriminan, los burlan, les roban. Pueblos guardianes y vigilantes de los paisajes más bellos de la tierra, que oran por todos los seres que habitamos aquí, sin importar si somos buenos o malos, ya que oran por la tierra, la casa de todos.
Estamos seguros de que necesitaremos muchas vidas para conocer, sentir y amar a todos los pueblos indígenas del mundo. Pero tal vez con una vida y mucha pasión, podemos empezar con la misma profundidad con la que el fotógrafo mexicano Diego Huerta capta la espiritualidad de los pueblos indígenas de México. Su ojo es capaz de traernos en una imagen el espíritu de las personas que aún quieren preservar la verdadera riqueza.
Nos pareció importante y conseguimos crear un artículo que rescate el valor social y cultural de un día que para muchos es común y corriente, pero para otros se trata de años de enseñanzas y generaciones de personas que día a día tienen la misión de seguir conectadas con la casa suprema, con la verdadera riqueza y valores que forman al hombre. Y que ahora, en tiempos posteriores de pandemia, nos deja reflexionando sobre el reencuentro con ese espíritu dormido y nuestros propósitos de vida como mortales caminantes, ya que el espíritu realmente no muere nunca si es recordado.
La pasión de Diego va más allá de solo tomar una foto; es su aportación social para México y con el mundo, rescatando esa energía natural de conexión con lo que realmente importa de nuestra mortal existencia. Diego es un claro ejemplo de otro tipo de defensa creativa hacia una pasión encaminada con un propósito social, donde su fotografía, historias y vídeos nos muestran otras formas de preservar la riqueza de los pueblos indígenas sin violentar la defensa. Su ojo conecta y capta el espíritu para preservarlo y compartirlo con el mundo.
Vale la pena recorrer caminos en busca de tu espíritu. Una vez encontrado, compártelo con tus hermanos del mundo. Al fin y al cabo, todos habitamos en la misma casa, llamada Planeta Tierra.
Escrito por: Carola Vil
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